-¿Qué
haremos hoy?- pregunte mientras nos moviamos en la hamaca. El dia anterior fue
cuando ambos estabamos seguros de que nos queriamos de verdad. En estos
momentos estaba acostada en sus piernas mientras el jugaba con mi pelo.
-No lo
se, estoy un poco cansado. Cuando Johana estaba aquí nos traia de arriba para
abajo.- Comento Greg divertido. Y era la verdad, con Johana ibamos a la playa,
a las tiendas, andabamos por todo Los Angeles.
-Cierto-
admiti mientras cerraba los ojos. El aire de primavera era muy agradable y
movia las hojas de los arboles de mi patio haciendo algunas caer. Duramos
bastante tiempo en la hamaca, disfrutando del silencio, por alguna extraña
razon, cuando Greg y yo queriamos hablar podiamos hablar todo el dia sin parar,
pero cuando ambos queriamos silencio, no hablabamos y no era un silencio
incomodo, si no un silencio bastate a gusto.
-Tengo
sed- dije mientras me sentaba y me ponia mis sandalias.- ¿Quieres algo de
tomar?
-No,
pero te acompaño.- me pare y fuimos a la cocina de la mano. Saque una jarra
llena de limonada y me servi un vaso.
-¿Seguro
que no quieres?- pregunte.
-No
gracias.
-Tu te
lo pierdes- sonrei coquetamente. Le di un trago largo y al final solte un “Mmm”
para ver si se le antojaba.-¿Seguro que no quieres?- repeti con las cejas
arqueadas. Greg se empezo a reir muy alto.
-De
acuerdo un vaso- dijo al final. Sonrei satisfecha.
Sono el
timbre cuando estaba agarrando otro vaso.
-¿Puedes
ver quien es?- le pregunte a Greg.
-Claro-
salio de la cocina y regreso con un paquete en las manos.
-¿El
correo?- pregunte.
-No lo
creo, no me pidieron que firmara nada.- respondio. Lo puso en el desayunador.
-¿Viene
una carta?
-Solo
dice: “Para Ashley de un admirador secreto”- me miro expectante.
-No se
de quien podria ser- admiti.
-Pues
abrelo.
-Supongo
que si.- le intercambie el vaso de limonada por el paquete y trate de abrirlo
pero tenia mucha cinta.
-Ten-
me paso un cuchillito.
-Gracias-
empece a quitar la cinta poco a poco y abri el paquete. Al principio no podia
ver nada ya que tenia mucho papel china. Despues de quitarle el papel pude ver
un poco de encajes color rojo y negro. Sin saber en que pensaba alce la tela,
la acomode en el aire y rapidamente la baje al darme cuenta de lo que era. Para
entonces yo ya estaba roja y Greg se estaba carcajeando.
-Mierda-
exclame y eso le causo mas gracia. Yo estaba en shock. ¿Quién podria hacerme
esa broma tan pesada? Podria haber sido las “S” pero ellas no saben donde vivo,
ni que Greg estaba conmigo. Podria haber sido Peter pero Peter dijo que no
queria arruinar nuestra relacion. Estaba Diego pero Diego era muy calmado en
ese aspecto y bueno si queria lograr algo conmigo, ¿para que me mandaria algo
tan provocativo cuando Greg estaba aquí? Martin seria capaz, estoy segura pero…
Greg no tuvo que firmar nada asi que esa persona tenia que vivir aquí. Y
rapidamente supe mi respuesta.
-Sandra
Pierce- murmure.- ¿Escuchaste algun ruido, o viste algun carro que podria haber
dejado esto?- le pregunte a Greg.
-No…
bueno si escuche un motor algo viejo alejarse.
“Listo,
es Sandra” Tome mi celular y busque el nombre de Sandy en mis contactos. Mire
hacia la ventana por que no podia mirar a los ojos a Greg, era embarazoso.
Marque y bastaron dos timbres para que contestara.
-¿Alo?-
contesto con voz inocente.
-¿Qué demonios
me dejaste en la puerta de la casa?- pregunte algo molesta.
-¿De
que hablas?- pregunto inocente.
-No te
hagas Sandra Pierce.
-¿Te
gusto?- pregunto emocionada.
-Sandra
que me mandaste?- pregunte.
-Dos baby
dolls, uno rojo y uno negro, cada uno con su ropa interior, dos pares de
lenceria completa rosa y amarilla y unas mallas negras.
-Estas
completamente loca. ¡No! Estas demente. Estoy segura de que te llevare al
manicomio.
-¡Vamos
admite que te gustaron!
-Sandy,
¿Por qué lo hiciste? Ya pasaron las festividades “graciosas”.
-Te
podria servir alguna vez. Aparte como crees que lo conquistaras con tus
camisetas 2 tallas mas grandes que la tuya con el logo de la Universidad de
Nuevo Orleans.
-Sandy,
no los usare asi que cuando vengas te los dare para que los regreses al sexshop
donde los compraste.- le respondi, pero luego pense- Espera, ¿Cómo lo
compraste? ¿Y como sabes que uso esas camisetas?
-Credencial
de mi hermana, me creyeron todito, y lo de las camisetas, tengo mis contactos.
-Me das
miedo, en serio.- ella solto una carcajada.- Ven por ellos.
-¡No! Te
podran servir, miralos como un regalo de cumpleaños.
-No
gracias, y si no vienes por ellos los quemo.
-No, no
los quemes.
-Bueno,
si no vienes por ellos ahora, arderan en las llamas del infierno-imite a la
Hermana Juliet. Escuche como Sandy se reia y Greg tambien.
-De
acuerdo, de acuerdo, ire por ellos, pero no se si ahora.
-Los
guardare hasta el domingo.
-¿Cuándo
se va Greg?
-El
sabado.- hubo un silencio y luego adivine sus pensamientos- ¡SANDRA!- exclame-
No los guardo hasta el domingo por eso, rayos tienes la mente mas pervertida
que Martin.
-¿Quién
es Martin?
-Larga
historia. Me tengo que ir- dije tratando de terminar esta conversacion.
-No los
vayas a tirar
-No,
pero tienes hasta el Domingo. ¿De acuerdo?
-Ok
-Bueno,
adios.
-Espera.
¿Ashley?
-¿Qué?
-¡Disfrutalos!-
y colgo antes de que pudiera contestarle.
Respire profundamente antes de que pudiera decir nada. Voltee a ver a Greg el cual estaba sentado jugando con el vaso de limonada muy divertido, pero yo bien sabia que se reia por mi pequeña conversacion con Sandra. Lo mire fijamente hasta que el subio la mirada y me dio una sonrisa torcida.
-¿Qué dice
Sandy? ¿Admitio que fue ella?- dijo riendose.
-Si-
suspire. Vi la caja y me empece a carcajear.- He de admitir que fue una gran
broma- dije entre risas. Vino hacia a mi y me sujeto de la cadera
-¿Tienes
un pequeño efecto retardado sabias?- yo puse mi cabeza en su hombro sin dejar
de reir y el se unio a mis risas.
Cuando
por fin pudimos parar agarre la caja sin querer ni si quiera ver lo que venia
adentro. Sali de la cocina cuando escuche a Greg preguntar:
-¿A
donde vas?
-A
guardar esto antes de que mi papa los vea.- Greg volvio a reirse.
-Ver a
tu padre mirando esa ropa tan provocativa, de tu talla mientras yo estoy en la
casa. Eso si que no tiene precio.- no pude evitar reirme yo tambien.
-Ahora
bajo.- Busque un hueco en mi armario donde la caja podria caber y lo encontre
cuando de pronto mi vista se nublo. Si, otra vision.